Cerró los ojos apoyado en la puerta de la
cabina. Ya no había vuelta atrás, al contrario, comenzaba el capítulo que había
estado esperando durante toda la vida .
Años y años atesorando odio en su
interior para poder darle salida en ese momento.
Oyó al comandante llamando a la puerta ,
primero suavemente y después con mas insistencia. El rumbo estaba marcado , los
Alpes le llamaban como blancas promesas , por fin tendría sentido su vida.
Pero algo cambió en el último instante,
cogió el timón y lo elevó con toda la fuerza de la ira, no sería el quien
generara un nuevo ciclo de odio .
En el avión los pasajeros cabecean ajenos a la
batalla mientras Los Alpes se alejan y poco a poco se abre un claro entre las
nubes
Que bonito seria poder reescribir los finales de algunas historias. Este final es precioso.
ResponderEliminarHombre Olga! Gracias por entrar y comentar. A ver si te animas a participar con algun relato para ampliar este blog.
EliminarEstupenda Ucronía de un hecho fatal.
ResponderEliminar