domingo, 19 de abril de 2015

La primera vez (María Pilar Beorlegui)






Conteniendo “ la primera vez que”
2 “ “por aquella época sonaba contínuamente
3 “ “ descubrí un par de cosas: (nombrarlas)
4 “ “no he vuelto a coincidir con…”
La primera vez que Tomasito se calzó unas gafas para solventar su problema de miopía, descubrió atónito todo un mundo más claro, más profundo, con más delineación y más color. Estaba conmocionado y extasiado. Se detenía a contemplar los edificios, los escaparates, la cara de la gente, su mano, los rasgos de su familia… Claro, que su nueva imagen también le sorprendió: se encontraba diferente. Y luego supo por qué. Mientras en casa le decían sus padres “estás más interesante”, sus hermanos estaban estupefactos y no decían nada. Hasta que llegó al cole. Allí todo fueron risitas, y Ramón, el bravucón que destacaba en descaro decidió rebautizarlo: ¡cuatro ojos! Y a partir de ahí ése fue el estribillo que sonó continuamente en aquella época: ¡cuatro ojos!. Hasta que un día, en el asueto de recreo donde Tomasito se quedaba un tanto apartado sin atreverse a participar en los juegos del resto, al constatar Ramón, el mostrenco verdugo, que su víctima meditaba cabizbajo en un rincón, quiso continuar su fama de miserable para proferir el consabido estribillo humillante; Tomasito, viendo acercarse al fanfarrón, cuando lo tuvo al lado musitó: “te falta uno” y sin más explicación le propinó tal patada en sus partes medianamente bajas que lo dejó aullando dolorido, por los suelos y contrito para siempre jamás. A partir de esta epopeya no volvieron a coincidir en el patio y en las clases Ramón iba a su sitio como si el de los anteojos no existiera. Por su parte, Tomasito recuperó su dignidad y consideración de cara al resto de compañeros, que en adelante lo consideraron como sus padres: un chico interesante. Tomasito descubrió un par de cosas: que nada es lo que parece, porque el matón era en realidad un cobarde, y que hasta lo más malo, como arrear con toda su alma y mala leche una patada en los huevos puede resultar sorprendentemente maravilloso.
FIN

domingo, 5 de abril de 2015

Imperfección




Cuando al fin bajé del estrado y me quité la toga, me puse en la fila de los acusados.