viernes, 27 de marzo de 2015

Tu eliges


Mi abuelo le contó a mi padre mientras se moría que a su padre lo mató el bisabuelo de Juanito. Apareció desangrado en una zanja y dos semanas mas tarde mi abuelo mató a su abuelo en un supuesto atropello accidental. Años mas tarde se supo que el padre de Juanito envenenó al abuelo poco a poco echando matarratas en el sol y sombra que se tomaba cada tarde en el bar del pueblo.
Llevo días observando a Juanito. El lo nota y también me mira de reojo cuando cree que no le veo. Hasta que por fin, un día me dice:
_Oye, ¿te importaría decirle a tu padre que espere a matar al mío cuando pase mi cumpleaños? Es que prometió llevarme al parque de atracciones.
A los días cuando me crucé con el de nuevo, me pareció que había crecido como tres centímetros, tenía un aspecto desvalido y me lanzó la pregunta a bocajarro.
_¿Que te dijo tu padre?
_ Le parece justo, le dije.
_Bien. 
Me di media vuelta para marcharme por donde había venido pero Juanito me detuvo sujetándome por el hombro.
_Oye, me sabe mal que no puedas elegir tu también la fecha así que… después de lo de mi padre…¿Cuándo te va bien que te mate?
_Ya te diré, le contesto yo con tono neutro mientras escapo de su mano infantil que parece pesar ya una tonelada sobre mi hombro.
No volví a verle hasta pasados cinco años. Ese día los dos fingimos no conocernos. Jamás pisé un parque de atracciones con mi padre-por si a caso-y el padre de Juanito nunca volvió a hablar con el mío.

jueves, 26 de marzo de 2015

Tarde

Soñaba con jubilarse y viajar. Un día antes de lograr su sueño, ya era tarde para cumplirlo.

domingo, 15 de marzo de 2015

                                                             NO SÉ LA HORA...........


   El calor de la freidora hacía que el sudor se resbalara por mis mejillas..
¡Las 2 de la tarde y sin aparecer! 

   Automáticamente iba echando más fritos al aceite hirviendo,los sacaba y secaba mis gotas de sudor,con el trapo de la cocina. ¡Màs fritos!. Mientras, el aceite formaban burbujas caprichosas,que parecían explotar con la fuerza de mi mirada.¡.
¡Las 2 y media y sin aparecer!.

   La bandeja de fritos se desbordaba,pero mi mecanismo disparado,no dejaba de seguir añadiendo fritos...
   El extractor con su brumm,brumm..me relajaba.¡No pasa nada! ¡Pronto llegarán!
  Cuando los fritos se acabaron, el sudor se convirtió  en un escalofrio helado,en un rayo despiadado..
   El delantal cayó al suelo y salì a la escalera...Los peldaños saltaban bajo mis pies y sin ver ni el paso de cebra,ni el semáforo,ni los coches,ni la gente..me presenté en el paseo
   Miré al horizonte y a los lejos,mis ojos nublados divisaban gente bañándose, niños haciendo castillos de arena,jóvenes jugando con las palas, un grupo de jubilados charlando bajo el toldo.Unas parejas brindaban con vermout en el chiringuito..¡Pero por qué el mundo no se para! ¡No se dan cuenta de mi dolor...!Ellos tan felices...y yo con el corazón roto...¿o es mi cabeza..?..
   Miré al horizonte siguiendo el dibujo simétrico de las baldosas del paseo,pero nada....
¡Las 3, y sin aparecer! ¡tienen que venir por aquí!

   Me senté en el adoquìn de la playa.Delante de mí, pasaban grupos de estudiantes con sus charlas y risas camino del hotel,para comer,unas parejas de extranjeros,agarrados como si fuera invierno y mostrando su felicidad, iban en dirección contraria...¡Pero por qué el mundo no se para!¡No se dan cuenta de mi dolor!
   Miré al horizonte siguiendo la perspectiva de las palmeras que se alineaban hacia el infinito,,¡pero nada!
¡Las 3 y media y sin aparecer! ¡Tienen que venir por aquì!

   De repente,eché a correr.Las chancletas hacian que mi paso fuera torpe y desgarbado, pero iba adelantando
a la señora con bastón, a los padres con su silleta de gemelos, al niño con monopatín...hasta que me coloqué en el carril-bici.
   Miré al horizonte siguiendo las lineas blancas discontinúas que se agolpaban en mi cabeza y hacían de mi paso un espring...
¡Las 4 y sin aparecer!¡Tienen que venir por aquí!

 Cuando estaba descubriendo lo qué es la desesperación y el descontrol de mis pensamientos..de mi vida...
una vocecita irrumpió en mi mundo.
-¡Mami,.! ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo..? ¿No te has perdido..? ¿Y qué haceis aquí a las 4, y sin aparecer !
-¡No, hemos comido un helado, y estamos mirando el mar,la gente.....!

¿HAY ALGUIEN,A QUIEN NO LES HA JUGADO UNA MALA PASADA,ESA PAREJA TAN MARAVILLOSA COMO DESPIADADA, QUE FORMAN EL CORAZÓN Y EL CEREBRO ?



sábado, 14 de marzo de 2015

                            YO NO SOY LA QUE PAREZCO.....


                                 Yo no soy la que parezco.....porque, intuyo el futuro.
  ¡ A qué estais concentradas en crear vuestros relatos,pero sin querer,se os presentan esos ramalazos fugaces,con el interrogante de ¿qué voy a preparar de cena?,o, ¡que no se me olvide de la lista de urgencias,lo que tengo qué hacer antes de que acabe hoy...!.
  Además..., adivino sin querer,pongo la mano en la llaga,descubro mentiras ocultas,secretos profundamente guardados.....y yo,lo sobrellevo en silencio.
  Sabeís ¿por qué?,porque me creerían bruja,y a las brujas no se les quiere.
  Sólo me creo yo, a mí misma, y ese es mi triunfo y mi desgracia.

miércoles, 11 de marzo de 2015

PARA LEER CUANDO PUEDA REIRME


Las cosas de las que al cabo del tiempo puedes reírte, después de todo no eran tan terribles, aunque en el momento en que sucedieron fueron como tempestades que solo deseabas ver terminar.

¿En que momento pensé que sería bonito tener hijos?
En un principio yo era yo en relación a mis padres, luego fui yo en relación a mis amigas y finalmente a mi pareja . Creía que ya había alcanzado el máximo de relaciones de parentesco y afectividad y que ya nada me faltaba, pero supongo que llegó un momento en que quise averiguar también quién era yo en relación a mis hijos y así fue como empezó.

Desde el principio todo han sido elecciones. Podría haber elegido nacer en cualquier otro lugar del mundo, haber escogido una pareja diferente y finalmente, los hijos podrían haberme elegido o no .
Pero lo hicieron y después del nacimiento, os ahorraré el parto- momento altamente emotivo para una misma y nunca para los demás- empecé a tomar otra serie de decisiones esta vez en relación al fruto de mi vientre y con la dificultad añadida de tener que hacerlo en equipo.
_¿Por qué llora?
_Es hambre.
_No puede ser, le acabo de dar.
_Será que no tienes leche..
¡Dios mío! Si no tengo leche.. ¿se morirá? . La leche materna-dicen los expertos- es la mejor opción . Si no puedo darle ni siquiera eso ¿qué clase de madre soy?

Las cosas se relajaron un poco después de unos eternos meses cuando, una noche me desperté sobresaltada y me di cuenta de que eran las 5 de la mañana y el bebe no había llorado desde las 22:00 de la noche anterior.
Dormir pasa a ser entonces tu actividad favorita y mientras esto siga así, crees que puedes con todo.

Pero las decisiones continúan presentándose a tu puerta llamando insistentes cada vez con mas fuerza hasta que no tienes mas remedio que mirarlas de frente.
¿Qué hacemos con el trabajo? ¿Guardería o abuelos? ¿Los tuyos o los míos?
Si para este momento todavía no habías reñido con tu pareja-cosa que no me creo- a cerca de ese pequeño ser que ocupa tan poco y que cunde tanto, esta es la ocasión.

Decides por fin llevarle a la guardería y te la imaginas como un lugar de ensueño donde unos brazos amorosos como los tuyos estarán pendientes todo el tiempo de tu retoño..
¿De verdad pensabas que era así?
El primer día cuando llegas a recoger a tu amada criatura que con suerte, porque los niños son mas adaptables que los adultos, habrá sufrido bastante menos que tu con la separación, te asomas con cuidado tratando de sorprenderle para averiguar por su expresión como se ha sentido en aquel lugar extraño . Y de pronto la ves. Está sola, sentada en un rincón, los mocos le llegan hasta la cintura y se te abraza como una lapa a las piernas. Se te parte el corazón y la cuidadora te dice ¡que ha estado fenomenal!

El siguiente reto: el colegio donde serás tu en relación a otras madres  y  no quedará mas remedio porque los niños se juntan entre ellos de forma mucho mas natural que nosotros, sin prejuicios ni condiciones .
Así conocerás a la madre eternamente preocupada - si eres tu normalmente ya te conoces; a la madre que compara constantemente a su criatura con las demás; a la que busca desesperadamente relacionarse con adultos para dejar de hablar de comidas, enfermedades y demás intendencias pero sin embargo habla todo el tiempo de ello porque no sabe de que otra cosa hablar…
En fin, una variedad de formas de vivir una misma realidad que no es otra que: ¿Quién soy yo ahora?

Entonces quizás retomes cosas que habías postergado durante estos tres maravillosos y eternos años , cosas que recuerdas de pronto que alguna vez te gustaron y otras que te van a empezara a gustar ahora porque si, porque lo necesitas y punto.
Te apuntas a alguna actividad placentera y tratas de negociar con tu pareja-hacía rato que no salía el tema-como narices hacer para que los dos hagáis lo que os apetece hacer y además no os olvidéis de ir a recoger al niño al colegio.
Si has elegido bien y encajado el hueco en la rutina diaria, puede ser un oasis pero lo mas seguro es que se trate tan solo de un espejismo y que esos momentos maravillosos de desconexión familiar, te cuesten una lucha titánica contra la pereza y el cansancio y puede que una buena dosis de culpa de madre que abandona a su retoño una vez mas.

Y así, sin darte cuenta ha llegado el verano y os planteáis unas merecidas vacaciones en la playa. Cuesta organizarlo todo pero la ilusión es grande y estas deseando verte tumbada al sol o dando un tranquilo paseo acariciada por la brisa marida junto a tu hermosa familia…
¿He dicho yo que me gustaba la playa?
Si, la playa está ahí, como siempre pero ya no soy yo y la playa, ni siquiera la playa, el y yo .
El retoño está encantado jugando junto a ti, la arena se ha metido en todos los lugares posibles: bolso, ojos, bikini, la tortilla de patata…y aún quedan posibilidades .
Los vecinos de toalla sin cargas familiares aparentemente, te miran con una mezcla de pena y de ira mientras tu tratas de que la criatura no trague mas minerales de los necesarios para mantener su salud que por cierto, por el momento no ha dado señales de fallar .
Entonces enferma. Fiebre de 39 y subiendo. Es normal en los niños pero tu piensas que su diminuto cuerpo es como una caldera y que si sigue subiendo peligrosamente, cuando menos te lo esperes explotará . Corres a solidarizarte con todas las madre y padres que como tu abarrotan las urgencias y sufres con ellos la espera hasta que un profesional convenientemente uniformado te asegura que tu pequeño no morirá todavía.
Es un gran alivio y entonces piensas que tienes mucha suerte de vivir en un país desarrollado donde hay médicos a tu disposición y todo lo pueden solucionar ¿o no?
Llega un momento en que tienes una extraña sensación de control. La criatura está siendo educada, tiene el cariño de los padres, amiguitos en el colegio, puedes todavía convencerla para que se lave los dientes, le gusta bañarse, incluso has conseguido que recoja sus juguetes.. y en ese momento sea por la inercia que ya has cogido de enfrentarte a nuevos retos o sea por darle mas aún a tu primogénito/a , decides tener otro.
¿Pensabas que ya lo tenías todo controlado?
Pues no. El recién llegado busca su sitio, el primero piensa que sus padres no  pueden querer a mas de uno y la guerra estalla.
Lo peor es que sabes, que hagas lo que hagas,  nunca firmarán la paz definitiva.
Me ahorraré los años que van hasta el comienzo de la adolescencia porque lo mas interesante viene después.
No hay por que asustarse, pero la sensación de pérdida de control de nuevo estalla en tu cara. Ya no me habla, me critica, se enfada sin motivo..
Vuelta de nuevo a leer libros de autoayuda y a compartir con aquellas madres que conociste el primer día de colegio, comparas, indagas, te desesperas y al final asumes que tu también debiste ser así.
_¡Pero los niños de ahora son diferentes!
El tiempo pasa y por mucho que quieras tu hijo nunca estará de acuerdo contigo en nada. Así es como tiene que ser.
¿Volvería a tener hijos si supiera todo esto ahora?
Si. No encuentro una forma mas fácil de asumir y superar retos encadenados que nunca me plantearía si me dieran a elegir.










martes, 3 de marzo de 2015

Gigoló en la Antártida




 Especial agradecimiento a Pili, la culpable del título.

Acabo de ver lo bueno de algunas palabras para cagarla bien cagada. Meditando donde mejor se medita, en el trono sagrado, me retrotraje al instante divino antes de decirte aquellas horribles palabras. Era un día lluvioso de febrero, del febrero más lluvioso jamás visto y estabas hecho un asco. No es que te odie cariño, pero esa barba y esos ojeras no le quedarían bien ni al maldito Christian Grey. Necesitaba un cigarrillo en mi boca y tú sólo querías tocar mi escuálido culo, maldito imbécil. Empezaste hablando de gilipolleces, como siempre que quieres decir algo importante y no te atreves, y yo puse música de fondo a tus palabras y empecé a visualizar la novela de mi vida. Cuando estaba formándose la escena central de “Amor en oriente”, poco a poco comenzó a desvanecerse con el ruido de fondo. Tu ronca voz balbuceando, temblando como cuando un niño de cuatro años que intenta convencer a su mamá de que las cosas tienen que cambiar, de que tu forma de ser, que lo nuestro, que esto, que lo otro y el maldito protagonista de Amor en Oriente engordando, dejándose la barba y encorvándose hasta transformarse en el estúpido protagonista de “Gigoló en la Antártida”. Las escenas idílicas de un gran crucero por el Red River se transforman en perros con la lengua afuera tirando de trineos destartalados tratando de llegar al polo sur donde ese barbudo idiota, también llamado Chris pero de apellido Green, se encuentra a solas con una flacucha asquerosa de pelo corto y desgarbado, llamada Cloe, que no esperaba encontrar nada más que un garbanzo debajo de ese pantalón de esquiador. Y entonces te lo dije. Fue cuando no pude más, abrí mi bocota y te grité a la cara todo lo que pensaba.

Te dije que te odiaba, que odiaba todas las malditas vueltas que dabas para decirme las cosas, que me resultaba insoportable vivir escuchando esa depreciable voz de borracho que sólo salía de tu boca para decir improperios, para pedir cerveza e interrumpir mis pensamientos. Te dije pedazo de escoria, homúnculo penoso y muchas cosas más. Y te lo dije por una sola razón: sólo tú eres capaz de parar mi mundo, mis historias y mis vuelos fugaces. Cuando estoy a lo mío soy capaz de aislarme casi por completo de este puto mundo que nos rodea, a excepción de ti. Nunca he entendido por qué me pasa esto, he intentado mil veces explicármelo y ya no espero respuesta; sólo querría que dejaras de hablar cuando estoy en mis mundos privados de príncipes y princesas, de desencuentros que acaban en besos y abrazos… Te dije que te odiaba y me arrepiento con todo mi ser. No me arrepiento de pensarlo, porque sigo haciéndolo, maldito inoportuno. Te hice llorar como a un niño y eso me hizo ver lo mucho que puedes cagarla con sólo unas palabras. No te odio, borracho asqueroso, no te odio ni te desprecio ni me das pena ni nada de lo que dije después de eso. Sólo estoy harta de que me interrumpas, entiéndelo. Perdóname. Eres el principio y el fin de mis historias, porque debo admitir que tu entrepierna es la culpable de muchos de mis relatos. Y como entiendo que de alguna manera debo compensarte, he decidido dedicarte  “Gigoló en la Antártida”. Sí, no te rías, he escrito un guion con un título tan idiota como ese, por tu maldita culpa Frank, y en honor a ti.

Un buen macho es un macho del ecuador a los polos y aunque muchos digan que sólo eres un borracho, tú y yo sabemos que eres de esos tipos que siempre están dispuestos a darlo todo y mientras escribía la historia no pude parar de imaginarte luchando contra el frío en la Antártida, apretándome bien fuerte con tus brazos peludos y haciéndome olvidar al maldito Amor en Oriente y a su insípido crucero de pacotilla. Frank, eres mi hombre, eres mi gigoló, perdóname y calla cuando te digo que calles.

 Pernando Gaztelu

domingo, 1 de marzo de 2015

EL YOGUR MÁS INTENSO

 
                                          EL YOGUR MAS INTENSO


Sabía qué no podía tragarlo.Después de la químio,todo me daba naúseas..Pero era tan importante que lo tomara...Dentro de él, estaba la medicina experimento,y yo, quería ser una de las pioneras.

   Cerré los ojos,acerqué la cucharilla,y..... ¡a la boca!.El sabor amargo me trasladó a la primera papilla de frutas,que como madre primeriza, le dí a mi niño a los 6 meses,con su babero de ositos verde y el nombre bordado a punto de cruz...y ví, como en un vídeo,el gesto de desagrado y el temblor que recorriò su pequeño cuerpo..¡si él se acostumbró, cómo no lo voy a hacer yo?..Y ASÌ FUÉ  COMO LA PRIMERA CUCHARADA PASÓ SUAVEMENTE POR MI GARGANTA.

   La segunda, embriagada por la emoción, fué ràpida y sin pensarla,pero me atraganté.Igual que mi niño el dìa de las fiestas del pueblo,que se acercó muerto de hambre a la mesa de los fritos y empezó a zamparse uno detràs de otro.Cuando se quedó,casi sin respiración,blanco como la pared y con los ojos perdidos en el infinito...mi corazón se sacudiò al sentir yo,lo que él habría pasado,ASI QUE, ESTA SEGUNDA CUCHARADA PASÓ A TROMPICONES POR LA GARGANTA.

   La tercera, no se hizo esperar,absorta en mis recuerdos,me llevó a sus vomitonas por la noche,por culpa de la broquiolítis-asmática.Dormía apoyado en una almohada sobre mi cadera,pero cuando se le terminaban de cerrar los bronquios....., ¡la fiesta estaba garantizada...!Suerte que de dìa, era lo que la pediatra le llamaba "el silbante feliz"..ASI QUE LA TERCERA CUCHARADA PASÓ SILBANDO ALEGREMENTE POR MI GARGANTA.

    Y apuré la cuarta, y en la quinta, la fotografía de mi niño escayolado con el  fémur roto, me trasladó al hospital..,Jugando con sus hermanos, en la puerta de casa, a explotar globos de agua,  un coche le atropelló....Pérdida de conocimiento,operaciones,curas,silla de ruedas,posible cojera...¡Què angustia,nervios,desazón,rabia,impotencia..!Todo pasó...!,Sòlo quedan las quemaduras de su pierna que nunca desaparecerán.. Si él sobreviviò, yo también.Y ASÍ FUÈ COMO LA CUARTA Y QUINTA CUCHARADA PASARON RAPIDAMENTE POR MI GARGANTA.

   Todas eran historias agridulces.Como ese yogur que tenía entre las manos a punto de acabar.Y llegó LA ÚLTIMA CUCHARADA, y pensé en mí, en ese futuro incierto, duro, irònico...malévolo y me dije con toda la fuerza qué era capaz....¡tù lo vales....así qué hasta el final...!
   Y el FINAL, es hoy,igual que el de todos los que me estaìs leyendo.Alazne







EL CAZADOR

                                                     
                                                  

Sabía que estaba todo perdido, pero lucharía hasta el final. No le iba a ser fácil reducirla: mordía, arañaba, pateaba, cualquier cosa que pudiera hacerle daño. Él furioso le rompía la ropa, la arrastró por el suelo, le mordió un pecho, estaba fuera de sí, su presa no era tan mansa como parecía. La acechó, desde que la vio en el autobús, morena, con media melena, no muy alta algo gordita y con cara de estar cansada. Así era, después de toda una jornada, solo tenía ganas de llegar a casa, ponerse cómoda y dormir. Esta semana el turno era de noche, apilando paquetes en el almacén, salía a las seis de mañana y en invierno, era noche cerrada.

No era miedosa, el autobús le dejaba cerca de casa, nunca pensó que alguien se fijaría en ella, era una chica normal de veintidós años. Pero se equivocaba, hacía días que su cazador la seguía, comprobando su ruta y en cuanto tuvo oportunidad... ¡zas! La cazó.

Olga, bajo del autobús, cruzó la plaza, al llegar al ambulatorio abandonado él salió y la agarró, la arrastró, paralizada por la sorpresa no opuso resistencia.

Todo estaba en penumbra, ella conocía el edificio, cerrado hacia unos años, no tenía uso. Cuando sintió las manos que le arrancaban  la ropa, Olga supo lo que le iba a pasar, el resultado para ella no sería bueno y decidió luchar por su vida.


Aquel hijo de puta no lo tendría fácil para conseguir algo de ella, tuvo la sangre fría de pensar: tenía que arañarlo, morderlo, procurar que el ADN de él quedara en su cuerpo, si no salía viva, que quedaran rastros de él.

Donde estaban nadie la oiría, aunque cerca de casas habitadas, el edificio era como una isla en la plaza y a esas horas nadie pasaba por allí.

Podía sentir el aroma del perfume, era un hombre limpio, recién afeitado, la piel de su cara y sus manos era suave, seguramente un buen padre o un buen hijo.

Ahora era un monstruo, que enloquecido apretaba con sus manos el cuello de Olga. Ésta, poco a poco dejaba de luchar, el aire no entraba en sus pulmones, era una bendición ya no sentiría más como ultrajaba su cuerpo.

Saciado, el cazador miró el cuerpo de Olga, la agarró por el pelo y la llevó al fondo del edificio, así tardarían más en encontrarla. Salió, empujó la puerta y se dirigió hacia su coche, aparcado unas calles más allá. Llegó a su casa, fue al baño, se duchó, tenía arañazos en el pecho, un mordisco en la mano y un golpe en un ojo, desnudo se miró en el espejo, que bien se sentía, había conseguido acabar con la fierecilla.

Feliz, se puso el pijama y se acostó.

Pasaron varios días, en los periódicos dieron la noticia de la desaparición. Todo eran comentarios, pero nadie podía adivinar que Olga estaba a pocos metros de su casa.

Los padres pidieron que si alguien sabía algo lo dijera, pero nada.

El cazador volvió varias noches más a visitar a Olga. Se sentía poderoso, todos la buscaban pero solo él sabía dónde buscar.

Volvió a casa, su madre estaba viendo las noticias.
Esta cría… ¿dónde estará? – le comentó la madre.
Él contestó: - Igual se ha ido con algún noviete, aparecerá cualquier día.

Hacia un mes que Olga había desaparecido, ya no estaba en las noticias, en el barrio aún se comentaba su desaparición, nadie se lo explicaba.

Todo el mundo esperaba un día de sol para poder salir. El primer día soleado del invierno, la plaza estaba llena, madres con críos, gente en la terraza de la cafetería…

A alguien le llamó la atención que la puerta del viejo ambulatorio estuviera rota, y entró a curiosear. Estaban los muebles, no estaba muy sucio. Miró los despachos, aquellos aún con una limpieza se podían utilizar. Llegó al último, era el único que tenía la puerta cerrada, averiguaría qué guardaban allí. Empujó la puerta… ¡uff! El olor era nauseabundo, aun así, entró. En un rincón unos cartones tapaban algo, les dio un empujón… debajo de ellos salió un pie. Ya no quiso ver más, salió gritando: -¡Está aquí! ¡Está aquí!

Aquello se llenó de policías, periodistas y curiosos, la noticia se extendió como la pólvora.

Su madre bajó, desesperada. Al primer policía que vio, le preguntó: -¿Es mi hija?
El hombre la miró y con dulzura le contestó: - Aún no se sabe. 

Ella gritaba: -¡Quiero verla! ¡Dejadme verla!
Varias vecinas la abrazaron, querían apoyarla, que no se sintiera sola.

Salió un policía que llevaba un abrigo en las manos, cuando la madre lo vio, gritó: -¡Es el de mi hija! Es ella…

Llorando se dejó caer al suelo, lo que temía desde que desapareció se había cumplido.
La tenía tan cerca y no la había sentido.

Entre los curiosos, el cazador disfrutaba, todo aquello lo provocaba él, sin él nadie de aquellos estaría allí. Se sentía poderoso, él podía disponer de la vida de cualquiera.

La temporada de caza está por empezar.
El cazador va de ojeo, busca otra pieza que añadir a su macabra colección.