lunes, 5 de octubre de 2015

BIENVENIDO OTOÑO




A tu contacto dulce otoño, con mis sentidos,
rebervera entero mi ser conmovido;
siempre fuiste en mi fuero bien acogido,
aunque conservas el magistral poderío
de sorprenderme como recien surgido.
De mañana, la tierra fuma la tenue neblina
prodigando inasibles tules a la naturaleza dormida;
y cuando se esfuman los sutiles lienzos
un despliegue de vegetación extasía mi mirada:
los árboles, como soldados en formación, según especie,
presagiando el fatal destino de sus caducas hijas,
se obstinan en mostrar el esplendor que encierran
en un alarde apasionado con tintes dorados, naranjas y carmesís,
olvidando su verde inmadurez;
en el culmen de su frenesí, irrumpen en lágrimas postreras
que oscurecerán nuestras pisadas y el aguacero...
Atardece; los cielos cobran impactantes retazos de pintor que desvaría,
porque los genios sorprenden y sobrecogen; como estos cielos,
obra de un creador único que estremece mi pupila;
me seducen con su magia multiforme y colorista
provocando los sueños más inusitados: soy amazona que cabalga
entre nimbos desafiando al viento, con increíbles saltos de uno a otro,
surcando continentes, alcanzando el confín del mundo...
Evoco otros otoños cuya brisa huele a borrasca y el viento rezuma lluvia,
incitando a los enamorados a tomarse del brazo,
a inclinar sus cabezas a unísono para sentir el pulso del amor
y a responder al incendio de sus labios y mojarse en el agua de su boca.
Otoño dulce, ardiente y cargado de ensueño:
que tu presencia colme mi sed de absorber belleza
y cargarme de sensibilidad cuando mi ser se halle inerte, indiferente.

- Mª Pilar Beorlegui Bariain

3 comentarios:

  1. Pili, ¡qué bonito! Hasta hoy no lo había leído con calma. Sensibilidad y belleza es lo que me transmite, igual que la autora.

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    1. Muchas gracias, guapa. Hace montón de años (ocho o nueve) que lo escribí, y creo que tenía otra vena más fuerte e imaginativa

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