La tierra era rica y la demanda enorme.
Sólo hacía falta llenarla de esclavos y ponerlos a producir. El
negocio salió redondo y cuando la tierra quedó estéril y la
demanda estuvo satisfecha los negritos se quedaron en Haití, con su
independencia. ¡Viva la patria!, decían.
Lo que viene después ya lo saben
todos.
Pernando Gaztelu, 2015.
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