martes, 17 de febrero de 2015

Ciclo vital


Mi hermano era un niño encantador.
Desde que nació, nunca perdió la oportunidad de ahorrarme la tarea de agradar a papá y mamá. Con ocho años se interesaba por mis incipientes relaciones amorosas y siempre encontraba un nuevo lugar donde colocar mis cosas.
Sin embargo, cuando habían pasado ya quince años desde su desaparición y lo dejé salir del zulo del jardín, ni papá ni mamá me agradecieron que les hubiese ahorrado vivir su adolescencia.

1 comentario: