sábado, 7 de febrero de 2015

Misión de reconocimiento


Está amaneciendo. El chirrido de las puertas del hangar les sorprende a los dos y cuando por fin se abren de par en par, aparece desafiante un Boeing Stearman 75 .
Sus dos planos de color amarillo con una estrella en cada punta y el cuerpo azul celeste son inconfundibles. Las barras y estrellas pintadas en la cola les hacen recordar.
Cuantas misiones de observación habían cumplido juntos , cuántas horas de instrucción a futuros pilotos solo para que mataran y murieran después en aparatos mas potentes, mas destructivos..
Pero aún les quedaba una.
John ayuda a Eddie a subir en la parte delantera del avión. El esfuerzo le deja por un momento sin aliento. Después se acomoda con dificultad en el asiento de atrás , se coloca los cascos en un gesto sincronizado con su amigo y arranca el motor.
El sonido característico les reconforta mientras van cogiendo altura. Tres mil, cuatro mil..
El techo de vuelo del aparato es alto, hay que subir mas para no ser vistos por el enemigo.
De pronto Eddie siente una mano que estruja su hombro con fuerza .
En el contador la aguja señala mil pies de altitud.
Desde los cascos intercomunicadores le llega la voz angustiada de su amigo.
_¡Vamos a chocar!
La silueta del Empire State emerge de pronto en el horizonte acercándose peligrosamente al biplano.
Eddie tira hacia sí de la palanca de mando y el morro del aparato se eleva esquivando el edificio en el último momento.
_Uff, por poco..
La voz de John le reprocha desde el asiento de atrás :
_¡Te lo dije! ¡No estas preparado! ¡Esto va en serio!
_¡Suelta los mandos! ¡Lo haré yo!
Eddie no le hace caso y sigue conduciendo.
_Tengo que conseguirlo, es mi oportunidad, quiero demostrarles que soy el mejor.
John se quita el cinturón y se levanta del asiento trasero abalanzándose sobre su amigo.
El aparato empieza a vibrar peligrosamente.
_¡¿Que haces John?! ¡Siéntate, vas a hacer que nos matemos!
Eddie ha perdido el control de los mandos.
Incapaz ya de reaccionar, observa aterrado como la ciudad avanza hacia ellos. En unos segundo de auténtico terror puede ver con detalle coches, personas, asfalto  Todo va aumentando mas y mas de tamaño acercándose deprisa hacia ellos. El choque es inminente.
Eddie se vuelve para mirar a John por última vez .
De pronto todo es silencio y New York desaparece ante sus ojos.
_¡Mierda!
Eddie suelta los mandos del simulador
_¡Ya te dije que la ibas a cagar, Eddie!
No hemos conseguido destruir la base de Barón Rojo y encima nos hemos cargado el aparato. Tu nieto y sus amigos nunca nos tomará en serio y seremos los pringados del juego en línea .





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