domingo, 15 de febrero de 2015

La huída



Rosa, no te asustes cuando desaparezca.
Te escribo esta carta para contarte cómo ocurrió todo y por qué .
Será mejor que no les cuentes nada a los otros niños de la clase. Los que entienden ya lo saben y los que no…creo que es mejor así.
Verás, hacía ya días que tenía un problema pero no podía contártelo. Lo intenté, de verdad que sí pero cada vez que iba a abrir la boca para decirte que…
Bueno mejor empezaré por el principio: La silla no era una silla ni la mesa ni los libros y , no te enfades Rosa, pero me temo que tu tampoco eras una profesora.
El malvado Cono os había transformado a todos en sus esclavos y me teníais secuestrado. Solo me dejaban salir media hora al día pero aún entonces no me quitaban ojo de encima.
En el patio de recreo había mas esclavos que se dedicaban a controlarme, me obligaban a jugar al futbol y si no lo hacía se reían de mi y me llamaban “niña”. Así que con el tiempo me hice amigo de Claudia de 2ºB.
Un día Claudia me contó que en clase de mate vio a Cono escondido detrás de una división y cuando intentó defenderse de él solo consiguió que le salieran todos los cincos del revés lo que fue mucho peor porque su profesor habló con sus padres y les convencieron para que la enviaran por las tardes a otra clase de mates donde, no lo creerás Rosa, pero también allí había esclavos de Cono.
Claudia y yo aprovechábamos la media hora de libertad para planear nuestra fuga.
_ Lo haremos en Sociales- decía Claudia.
_No, creo que es mejor en plástica- le contesté yo.
_¿Seguro? Pablo, en Sociales podríamos viajar a cualquier lugar del mundo, elegir una isla del pacífico, los pirineos nevados…
_ Si, pero solo tenemos fotografías en libros, no nos dejaran ni siquiera ver un documental en la sala de video, ya sabes que vigilan cualquier movimiento. Es mejor en plástica, podríamos dibujar lo que queramos incluido el reloj mágico para teletransportarnos.
Me alegro de haberle hecho caso a Claudia y de que ella confiara en mi.
Rosa, hay tantas cosas que aprender y tan poco tiempo…
El reloj funcionó .
Aquí no esperamos que suene el timbre ni nos preocupan las notas. Hace siempre el mejor tiempo, unas veces llueve otras hace calor y otras frío, dependiendo del viento y de las mareas, lo aprendimos observando .
Ah! Las tablas de multiplicar nos sirven para poder contar las estrellas que se ven desde nuestra cabaña en la playa.

Pablo

P.D.  No intentes buscarnos. Aquí solo se puede llegar con la imaginación.



1 comentario:

  1. Surrealista y fantástico. El mejor que te he leido hasta ahora, felicitaciones.

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